Ese es el caso del Nasalis larvatus o lo que es lo mismo mono narigudo, y su nombre no es ninguna exageración pues, en el caso de los machos, su carnosa nariz colgante, puede alcanzar en algunos casos los 18 cm. de largo, casi una cuarta parte de la longitud de su cuerpo. Tanto es así que se ve obligado a hacerla a un lado para comer. Si nosotros tuviéramos una nariz de esas mismas proporciones, nos llegaría a la mitad del pecho, según menciona la revista !Despertad!.
Hay varias teorías sobre la utilidad de semejante narizota. Una dice que permite disipar el exceso de calor corporal; otra, que le añade resonancia a la voz, y hay quienes piensan que es una señal de advertencia para los machos rivales; de hecho, se pone rojiza y se infla cuando el mono se enoja o se agita. Cabe también la posibilidad de que sea un elemento de atracción sexual ¡y que les derrita el corazón a las hembras!
Ahora bien hablando de su barriga, el simpático mono parece estar preñado, pues su estómago pesa hasta un cuarto del total corporal. Está lleno de una mezcla caldosa de bacterias y vegetación. Las bacterias fermentan el alimento y descomponen la celulosa y ciertas toxinas que matarían a otros animales. Gracias a este sorprendente sistema digestivo, el mono narigudo puede comer hojas, así como las semillas y los frutos no azucarados de legumbres, palmas y otras plantas, alimentos con los que no podrían vivir otros primates con estómagos diferentes. Sin embargo, debe abstenerse de frutos azucarados, pues como se fermentan demasiado rápido, le hincharían tanto la barriga que podrían causarle una muerte dolorosa.
El macho dominante llega a tener un harén de hasta ocho hembras con sus crías y expulsa a los machos jóvenes en cuanto son capaces de valerse por sí mismos. Estos buscan la compañía de otros jóvenes y forman manadas que cuentan, a su vez, con uno o dos machos de mayor tamaño. El narigudo tiene una característica social muy particular: los harenes suelen entremezclarse sobre todo por las noches al reunirse en los árboles que bordean los ríos.
Pero aún nos falta mencionar otra singularidad: sus patas son parcialmente membranosas. Dicha característica no solo le hace más fácil nadar, sino que le permite caminar con seguridad sobre el fango de los manglares donde habita.
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