Fue Sir Hugo Beaver, gerente de la destilería de cerveza Guinness, quien después de una discusión con unos compañeros de cacería acerca del ave de presa más veloz de Europa, descubrió que no existía una referencia clara en los libros de primera mano que consiguió.
Esto lo motivó a editar el 27 de agosto de 1955 el primer volumen del Libro Récords Guinness, de 198 páginas, el cual fue usado originalmente como un texto para realizar apuestas sobre conocimientos en los bares ingleses.
En 1991 cambió su nombre al de Libro de Récords Mundiales Guinness.